Queridos amig@s y seguidor@s de nuevo estamos ante el mes de la Navidad. Suelen ser fechas de balances y de plantearse nuevas metas. Sin embargo, una de las más lógicas no hay forma de alcanzarla. Me refiero al respeto por nuestra casa, por nuestro hogar.
Si algo tenemos tod@s, y cada uno de nosotros, en común es que vivimos en el mismo hogar, «La Tierra». Nos guste o no es así. Por ello este año quiero que nos unamos en el deseo de una Navidad basada en el respeto a los demás.
Nadie es dueño de nada ni de nadie. Todos llegamos aquí desnudos y con las manos vacías por lo tanto:
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