CARICIAS DE FUEGO Y SOL

Música

Caricias de fuego y sol

Dulce deseo es y delicada caricia,

rayo de sol que en tu cuerpo aterriza,

besando, dorando de forma exquisita,

tu blanca figura que mi cuerpo electriza,

vuelan mis manos y mi alma ni lo evita,

aves peregrinas que por tu piel se deslizan.

El día se viste en la mañana,

de seda azulplata y esperanza,

color celeste y suave fragancia,

aroma que al deseo acompaña,

es profundidad, directa y clara.

Aposento mis labios dulcemente

en la calidez y tibieza de tu cuerpo,

transeúntes, caminan lentamente,

titubeando con rumbo y sin remedio,

errantes, rebuscando en tu deseo,

vagabundos perdiéndose en tu piel,

se sumergen en tus mieles de placer.

Mujer…

que deseas y que tiemblas,

que te entregas y no mientes,

que tomas, que das y creas,

que por amor naces y mueres,

siendo del placer su simiente,

siendo de la vida su presente.

Mujer que te vivo y te siento,

que te llevo, anhelo y pienso,

que eres mi sangre y fuerza,

mi tierra, mi agua y mi cielo,

siendo mi calma y tormenta,

logras que mi alma se retuerza,

al sentir la caricia de tu beso.

Caricias que serpentean,

que erizan y estremecen,

que prenden tu piel de seda

si mis manos te descienden,

explorando entre tus piernas,

accediendo hacia tus fuentes,

embriagándome en su néctar,

deambulando por tu vientre,

correteando entre tu puerta.

Manos que te cubren y moldean,

cual orfebre que labora tus caderas,

labios que se acoplan a tu cuerpo,

navegando dulcemente tus laderas,

que se agitan, que se doblan y toleran,

la entrada y caricia de mi boca prisionera.

Déjame hoy ser fuego vivo en tu vida,

déjame que te desee como hombre,

que te tome como el día a la noche,

siendo tu piel mi refugio y guarida,

mi sustento, mi alimento y bebida,

siendo mis besos y caricias tu comida,

el manto que siempre cubra tu piel,

donde seas libre y de por vida mujer.

AZULPLATA