ROSA ABIERTA, MILAGRO DE AMOR



ROSA ABIERTA, MILAGRO DE AMOR

Buenos, santos y, muy felices días,

a la luz fresca y azul de mis mañanas,

al recuerdo de unas fresas en invierno,

te dices y llamas a ti misma rosa abierta

de dulces y aterciopelados pétalos de amor.

A mí me llamas, me sientes un regalo de Dios,

rosa roja con espinas que la protegen y adornan,

mujer bella y apasionada, tierna musa insaciable

del amor de mis letras ardientes, versos y poemas,

que te acarician, posándose dulcemente en tu piel.

Soy esa suave brisa que te envuelve y te abraza,

que en esta cálida mañana te alivia y embriaga,

 colmando tus labios y tu cuerpo con besos de miel

mujer, brillo de luz y vida, alma que amas y deseas,

como alegre mariposa que a hermosa flor se doblega.

Eres mar en calma, yo el viento que en ti se desliza.

te agito vivamente con el roce y el beso de mi soplo,

soplo de vida que causa tus olas y con fuerza empuja,

al son de la danza del amor, unas que suben y bajan,

otras entran y salen, al igual que se retiran y avanzan.

Siendo mar embravecida por la tormenta del deseo

sientes en tus entrañas, de mi velero, su palo mayor,

despacio me atrapa tu oleaje, me lleva a puerto seguro,

navegando entre tus muslos blancos, tersos y suaves,

con rumbo fijo y seguro, asciendo piernas para adentro,

allá, donde anida, donde amarras a mi alma poseída.

Rosa abierta que entregas tus pétalos solo en el amor,

perfuma el fuego de mis labios, de mi alma y mi ser

abriendo la corola de tu rosa, cual inmensa mujer

que siente y ama con el corazón por encima de su vida

pues del amor es su bendita hija, madre y cautiva.

Pasión desenfrenada, ya, de buena mañana

ante la mujer de mis sueños, un regalo de amor,

ven acaricia mi torso desnudo, agita mi miembro,

 lo está pidiendo cual notas musicales en RE mayor,

se piadosa, tierna, delicada ante la pieza que tuya es.

Bendito calor que enciende mi cuerpo sin compasión,

asciendo tus montes con lengua húmeda a por tu sabor,

recorro tu cuerpo despacio y sin prisas con punta cálida,

me deleito en tus labios, cuello, senos, vientre y en tu flor,

en acto reflejo abres las piernas, amor mío, de par en par,

sin remisión te liberas y entregas, abrigando mi miembro

que solo tuyo es, como un regalo de vida, de amor y pasión.

Nos costó tanto y tanto encontrarnos,

que el tiempo perdido, no se esfumó,

recupera tu cuerpo, muerto en vida,

toma mi aliento, mi calor y pasión,

resucita, vive, siente, gime y vibra

si lo necesitas salta, araña y grita.

Mueve tus caderas que dentro estoy yo,

agita tu jardín secreto cual oleaje de mar,

agua que bebo entre tus piernas abiertas,

 pasión, fuego eterno y sublime erección

que acaricia con ternura y dulzura tu entrada

a la espera que solo digas: «pasa mi amor».

Danzare a tu son, muy dentro de tus entrañas,

al vaivén de las olas blancas que agitan tu mar,

tempestad, destellos, truenos, viento, rayos y fuego

pasión pura, verdadera, no es un evento cualquiera

 es apoteosis nacida de profundo y puro sentimiento

del más cálido, tierno, dulce, y sincero calor de amor,

pasión eterna que solo acompaña al amor verdadero.

Para una perfecta amalgama y fusión, agitas tu cuerpo

estoy dentro, abrazados los dos, tus senos besan mi pecho,

tus manos aprietan, amarran, pegan y arañan mi espalda,

 sin embargo, tus dos ojos entreabiertos besan mi mirada,

me susurras así, así… y así es, como quiero sentirte mujer.

Ahora te beso, recorriendo mis labios tus parajes secretos,

bebiendo despacio, lento, sorbiendo tu dulce esencia de vida,

 elixir, néctar de amor cuya fragancia y aroma me eleva al cielo

licor que solo tu sexo entrega a mis labios, cual amorosa infusión

ábreme tu boca sin condición, besa, come y siente este suave calor,

que la estremecedora dureza que te aclama y reclama es todo valor.

Tómame mujer sin compasión y recoge mi alma

que es donde estoy yo, regalo de Dios me llamas,

dulce y tierna rosa encantada, abierta por la pasión

hazme sentir que soy ese hombre al que tanto amas,

y en secretos parajes te entregas, besas y abrazas

haciéndote, sintiéndote mujer solamente con él.

Cúbreme de la gloria de tomar y tener

tus más íntimos secretos y juntos poder,

desde dentro, volar más allá del firmamento

y que se rinda ante este amor todo el universo,

 ante la fuerza del deseo de dos almas y su fuego.

¡Ven amada mía! Toma mi mano,

 deslízala despacio por tu cuerpo entero,

allá donde la precises, donde la necesites

como girasol abierto a los rayos de su sol,

movimiento giratorio en busca de calor,

directa hacia tu rosa abierta, milagro de amor.

AZULPLATA